Hay una serie de libros y autores que los tienes en lista de espera. Sabes, o bien crees saber, que algún día los acabarás leyendo pero siempre hay otra novela, otro autor, que cuando vas a echarles el guante les coge la delantera.
Algo así me pasaba a mí con Pelecanos. Un autor del que tenía muy buenas referencias y que además goza de un gran eco mediático porque ha trabajado como guionista en series de renombre, pero un autor que no acaba de tener el reconocimiento de otros creadores del negrocriminal estadounidense como Connelly, Lehane o Coben.
Y me ha encantado. Me ha encantado comprobar cómo Pelecanos tiene su propio estilo y en esta novela (y en la serie de la que forma parte este libro) cobran especial importancia la cuestión racial, unida siempre a la desigualdad y la pobreza, el barrio, que muchas veces es el guetto; las drogas, como catalizador de toda la tensión que habita en la parte de Washington por la que se mueven sus personajes y la música, que invade esta novela y nos habla y nos cuenta mucho de cómo son los protagonistas.
Algo que Pelecanos hace a la perfección es usar a Strange y a Quinn como exponentes de distintas formas de entender la vida en los barrios duros de Washington lo que a él le permite describir sin juzgar. Porque además estos dos personajes no son perfectos ni mucho menos y en sus biografías pasadas y presentes encontraremos rincones oscuros y pecados y pecadillos con los que tienen que convivir en su día a día.
Dos aspectos destacaría de esta novela. Por un lado, que por encima de otros temas se habla de la tensión racial, siempre unida a la pobreza. La raza está en el fondo del problema de Quinn para salir de la policía, los prejuicios raciales a la hora de hablar de relaciones personales, lo difícil que es aislarte de dicha tensión… y por otro lado el mundo de la droga. Si por un casual viste la primera temporada de The Wire, en esta novela encontrarás novelado el funcionamiento de las esquinas, la jerarquía dentro de la organización de distribución de la droga o cómo viven las personas enganchadas que se amontonan alrededor de los camellos para conseguir un chute al precio que sea.
Antes de esta serie, la de Derek Strange y Terry Quinn, Pelecanos había estrito otra, protagonizada por el detective privado de origen griego (como el propio Pelecanos) Nick Stefanos. De este detective creo que no hay nada traducido, pero nos lo podemos encontrar en el tercer libro de esta serie, Música de Callejón, novela en la que tendrá un pequeño protagonismo aunque bastante simbólico. Y no me quiero olvidar tampoco de que Pelecanos es autor del “Cuarteto del DC”, cuatro novelas también ambientadas en Washington y que a lo largo de cuatro décadas (de los 50 a los 80) nos contará la historia de la ciudad desde el particular punto de vista del autor.
Para ir acabando me gustaría agradecer el último empujón para leer a Pelecanos que me dieron, el blog “Un cadáver en mi blog” o el magnífico artículo sobre este autor que leí en “Cultura Impopular”. También me gustaría comentar que en esta novela cargada de desesperanza hay algunos, pocos, personajes que representan la lucha contra lo que les ha tocado vivir y la esperanza de que se puede salir del círculo vicioso que propone el barrio. Algo parecido ocurre con la propia historia de amistad entre Quinn y Strange, una amistad a contracorriente; una amistad que habla de que “hay esperanza”.
George P. Pelecanos
Mejor que bien
Traducción de Gabriel Dols
(Gimlet)
Editorial Diagonal / Grup 62, 2002
