Venecia Baturra

Hay libros que nos marcan, por las razones que sean, y de los que siempre te vas a acordar. Cuestión de galones ha sido uno de esos libros de los que seguramente no me voy a olvidar.

Fíjate: ni se me había pasado por la imaginación agenciarme un dispositivo para leer libros electrónicos… y de repente veo que el Bosque edita una novela nueva sólo para leerse en digital. Oooooño, me dije. Si el Kamarada Ricardo se ha tirado al monte con lo de los ebooks hay que pensarse la historia. Y es que quizá no lo he dicho, pero tengo debilidad por el editor de La Balacera, Calibre 38 y este hombre es de los que, en materia negrocriminal, se apunta a los bombardeos buenos.

Y dicho y hecho. Entre que voy viendo que Ulises Sopena va adquiriendo vida propia, ahora con un libro ya editado y esto, lo otro y lo de más allá, de repente me encuentro con que tengo que aprender cómo funciona el Kindl que me han mandado a casa.

Y el primer libro que me cargo y leo es Cuestión de galones, una novela bastante marciana porque nos plantea la acción en una Zaragoza futurista en la que las principales calles y avenidas están inundadas, consecuencia de la expo del agua aquella de la quizá todavía te acuerdes. ¿Difícil imaginarse a los descendientes de “Orgullo baturro” cantando encima de una almadía? Quita, quita, si Ricardo nos dice que hay que ir imaginándose a esta población ebráica yéndose a casar en góndola, y al de la cocacola descargando de una gran piragua, no seremos nosotros los que pongamos cortapisas a la imaginación.

Piensa además, que en esta Zaragoza que cala hasta los huesos, la policía se mueve en motos acuáticas y la gente en vaporettos de lo más apañados. Y por último, y ya nos va costando entrar en materia, donde antes “reinaba” el Zaragoza Club de Fútbol, la ciudad ahora rinde pleitesía a los reyes del waterpolo, el Zarawater y las reinas de la natación sincronizada. A mi, por cierto, tampoco me parece mal cambio.

Y en medio de esta húmeda Zaragoza se mueve Ulises Sopena, un policía más o menos solitario, nostálgico de la música de final de siglo XX, bastante saladillo y salidillo y que trasmite cantidad de simpatía y buen rollo. Ulises y su gente. Su mascota, sus compañeros, sus jefes, los contactos… todo es más o menos parecido a lo que podría ocurrir hoy en día en una menos acuosa ciudad del valle del Ebro, solo que parece que al doblar cualquier inundada esquina te vayas a encontrar con precursores kevincostnerianos enfilando las principales avenidas con sus catamaranes derrapando en plan waterworld.

Me parece de ley destacar esta nueva forma de edición, y no me refiero simplemente a la aventura que supone editar solo en formatos digitales, sino todo el trabajo que en redes sociales lleva a cabo el autor presentándonos al personaje meses antes de que vea oficialmente la luz, desgranándonos poco a poco su biografía, la música que le gusta…. generando expectativas y ganas de leer la novela. Hasta el punto de que la elección de la portada, si Ricardo no me corrige, se hizo por votación entre gente de la comunidad “Ulises” entre unos cuantos diseños previamente elegidos.

Una nueva forma de editar, una nueva forma de promoción, una nueva forma de vivir la literatura… pero que en el fondo, lo que hay y lo que funciona es lo de siempre; porque el amigo Ricardo sigue siendo fiel a un estilo donde impera la originalidad y donde es obligatorio el sentido del humor, dos aspectos marca de la casa, difíciles de encontrar y que a mi me encantan.

Ah, y que sepas que el muchacho se sigue superando en cada entrega. Me gustaron las dos aventuras de Tana Marqués: Manda flores a mi entierro y Suicidio a crédito, pero esta peripecia de Ulises me ha gustado más.

Y eso, que os dejo a ver si pongo a punto la moto de agua, que he quedado con la cuchipandi para echar unas cañas.

Ricardo Bosque

Cuestión de Galones.

Literaturas Com Libros, 2011

3 comentarios sobre “Venecia Baturra

  1. Muchas gracias, Terri, terminarás por sacarme los colores. Ah, y no te desmiento: la imagen de la portada fue elegida por votación popular entre los seguidores de Ulises. Los ebooks dificultan el tema de la firma de ejemplares pero, a cambio, facilitan el contacto con los lectores.

  2. Una reseña entusiasmadora sin duda alguna.
    Estoy viendo que si quiero leer esta novela voy a tener también que agenciarme un artilugio electrónico de lectura, no? pues habrá que ir pensándoselo.
    Saludos!

  3. Jordi, aunque no sea por mi novela (que me encantaría leyeras), seguro que terminas con un aparatejo de estos en las manos, complemento ideal del papel para grandes lectores. Yo llevo desde agosto enganchado y ya leo la mayor parte de los libros en este formato. Jamás lo habría pensado.

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