Iron & Wine – Lion’s Mane

(…)

 Un silencio desagradable se extiende a su alrededor. “Resulta triste no poder soportar la calma con personas próximas a uno”, piensa Kris y se pone en pie.

—Voy a poner música.

En el salón, se agacha delante del equipo de música, rebusca entre los CD y pone uno de Iron & Wine. La guitarra, la voz. Cuando se incorpora de nuevo, su mirada se posa en el exterior. Es claramente el tiempo equivocado para echar de menos a su hermano, del mismo modo que hace tres días era el tiempo equivocado para enterrar a una amiga. La primavera estalla, y Kris la ve por todas partes. Tiene intenciones de regresar donde está Tamara y decirle que puede llamar a Gerald, que ese tiempo lo pone de los nervios y que ya está harto de buscar explicaciones en su mente para la desaparición de Wolf; entonces distingue un brillo en la tierra. Es como un déjà vu. Mira asustado a sus pies y espera verlos en medio de un charco. Luego mira hacia la derecha. Wolf no está a su lado. Tamara sigue sentada en la cocina; Kris está solo en el salón, y Iron & Wine cantan We Gladly Run in Circles, mientas que, desde el jardín, brillan y saludan, nuevamente, las corolas blancas de un ramo de lirios.

(…)

DRVENKAR, Zoran. Sorry. Barcelona: Seix Barral, 2011. p. 345